¿Piezas fáciles en guitarra clásica?…

En este artículo voy a explicarte mi opinión sobre lo que considero que son obras, estudios y piezas que aparentan y parecen ser fáciles, y piezas, ejercicios o estudios para guitarra clásica que a primera vista parecen difíciles. Como resumen te puedo decir que estas son aquellas piezas que al analizarlas descubres que en realidad no son lo que nos habían parecido en un primer momento.

A veces no es lo que parece

Muchas veces nos dejamos guiar por la primera impresión, y al mirar una partitura nos encontramos con piezas que a primera vista, por la cantidad de abundantes notas escritas en el papel o la rítmica en la que están escritas, nos parecen muy difíciles, pero una vez vamos tocándolas en la guitarra comprobamos y descubrimos con sorpresa que son más fáciles de tocar de lo que nos había parecido a simple vista. Tan solo manteniendo la pulsación rítmica sin desviarnos del ritmo hay algunas partituras que funcionan muy fácil.

Partituras para guitarra fáciles que en realidad son difíciles

Y por el contrario, otras piezas que aparentan ser fáciles a primera vista, al observarlas en un primer momento, sin embargo nos van a pedir una enorme cantidad de energía y atención por nuestra parte al ser interpretadas, convirtiéndose en piezas realmente más difíciles de lo que parecía a primera vista.

Es decir, estas piezas no funcionan simplemente tocando sus notas como ocurría en el primer caso. Para que estas últimas piezas nos funcionen, debemos estar atentos a todos los matices, aportar intensidad en la interpretación, jugar con el ritmo, el fraseo, darle color… y todo lo que se nos ocurra para que cobren vida pues de no hacerlo así, no dirán nada y aparecerán como partituras planas y que no destacan.

Es por eso que algunas partituras que están escritas sólo en corcheas y que al mirarlas por primera vez, y ver este detalle, nos hacen creer que son fáciles de tocar, después nos sorprenden al descubrir que debemos estar volcados con la interpretación y el ritmo para que la música escrita en el papel cobre algún sentido.

El secreto de la interpretación que no se ve

Esto sucede por un motivo verdaderamente interesante. El lenguaje musical, las notas, los símbolos, nos ayudan a expresar nuestras ideas, a comunicar emociones. Pero no siempre transmiten todo lo que queremos decir. La música es un arte curioso que tiene sus peculiaridades. Muchas partituras transmiten valores de ritmo y altura de sonido, también algo de matices, pero la mayoría de partituras llevan escondido algo que no se ve: el color, la interpretación, que debe descifrar y adivinar el interprete guitarrista. En ocasiones puedes ver un grupo de corcheas escritas, pero no aparecen escritas cómo debemos interpretarlas, no muestran cuánto de intenso debemos forzar los matices para transmitir emociones.

La teoría musical y sus símbolos

Es cierto que los símbolos y matices que hemos inventado, las notas, silencios etc… y que encontramos en la teoría musical nos ayudan a entender y forzar la interpretación, pero estos símbolos escritos a veces no pueden indicar todo lo que se necesita para que una pieza cobre vida. «Eso» está escondido allí entre las notas y es el interprete es el que intuye cómo debe interpretarlas, que hay más allá de lo escrito, y cogiendo las notas al tocarlas con su instrumento, va dotando a la partitura de vida, aportándole energía.

Por el contrario, otras partituras simplemente con los símbolos que aparecen en el papel ya han cumplido su misión de transmitir lo que querían decir. No hay mucho más allá de lo que aparece en el pentagrama, simplemente tocando las notas a ritmo, podemos tener el resultado correcto.

La energía interior que no se ve en las partituras

Antiguamente, en el barroco, se podía tocar una partitura y funcionaba bien simplemente manteniendo el pulso y haciendo dos o tres pequeños matices. Pero en la época del romanticismo, ninguna pieza funcionaba si no se aportaba un extra de energía a aquellas notas que aparecían escritas. El intérprete debía convertirse en una fuente constante de matices, contrastes, valores, y darle fuerza y energía a la pieza, jugando con el ritmo, los rubatos y el sonido fuerte o piano de la pieza que interpretaba.

Este último es el que caso que nos ocupa.

Aunque no sean de la época del romanticismo, debemos descubrir qué piezas son las que nos van a pedir ese trabajo extra de energía, y no dejarnos guiar por la apariencia de simples grupos aparentemente fáciles de notas escritas.

Haz click en la imagen para ver el video donde te explico todo esto con detalle.

Piezas, estudios y obras en guitarra clásica fáciles y difíciles: no son lo que parecen.

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