Si has decidido estudiar guitarra clásica o si ya llevas tiempo haciendolo, a pesar de todas las dificultades que te puedas encontrar, debes valorar, y mucho, el trabajo que ya has realizado hasta ahora. Todo lo que has aprendido, sea esto mucho o poco, es un gran esfuerzo, tiene mucho mérito y merece la pena que te felicites por ello y tengas un auto-reconocimiento.
Puede que otras personas también se den cuenta de tu esfuerzo y te feliciten o puede que no, no es seguro que siempre vayas a encontrar reconocimiento fuera.
Tu mejor amigo
Lo que sí es seguro es que tú debes ser y eres la persona que más debe valorarte, reconocerte y felicitarte por todos tus resultados con la guitarra clásica, sean estos ahora poco o muchos, porque si tu no lo haces en primer lugar, nadie lo hará con tanta intensidad como tú.
No siempre te lo reconocerán los demás
A lo largo de la historia de la música tenemos el ejemplo de numerosos músicos, interpretes y compositores que no fueron valorados en su día. Hoy sorprende comprobar cómo en su momento, muchas personas de las que vivían en su tiempo no les dieron a estos grandes genios que vivieron en su tiempo la importancia y el reconocimiento que merecían. Y me estoy refiriendo a músicos de la altura y genialidad de Bach y Vivaldi, por citar solo dos de todos ellos.
Bach fue rechazado en una capilla cuando se presentó al puesto para tocar el órgano. No le dieron el valor que tenía y las autoridades del lugar prefirieron que siguiera en su puesto el mismo organista que ya tenían antes, en lugar de incorporar a ese «joven» aspirante llamado Bach.
Un caso sorprendente
El caso de Vivaldi es muy significativo. En su época, Antonio Vivaldi enseñaba violín y música en un colegio en Venecia. Pero la junta directiva de ese lugar, o cómo se les llamara entonces, decidió que Vivaldi no estaba haciendo bien su trabajo y que podían perfectamente prescindir de él. Así que lo despidieron, y durante todo un año el genio Antonio Vivaldi fue apartado de aquel lugar y abandonó su puesto por imposición de la junta directiva.
Al finalizar ese año, la junta directiva se dio cuenta de que habían cometido un error y que Vivaldi realizaba un buen trabajo organizando, componiendo y enseñando, así que lo invitaron a regresar de nuevo.
En la puerta de casa
Imagina por un momento que Johan Sebastian Bach o Antonio Vivaldi en persona, aparecen en la puerta de tu casa y después de que ellos te pidan trabajo e músicos tu les dices que no quieres que ellos te den clases de música porque no te convence cómo tocan, cómo enseñan o cómo componen… Verdaderamente sería disparatado decirles esto, cuando hoy día los tenemos por lo que son: grandes genios y maestros de la música de todos los tiempos.
Así que con estos dos pequeños ejemplos podemos comprobar cómo a lo largo de la historia, el talento y la calidad y el genio, en muchas ocasiones no han sido valorados ni reconocidos apropiadamente ni cuando se debía.
Algo más modesto…
Esta claro que nosotros no somos Vivaldi ni Bach, ni tenemos su genio, pero quizá todo nuestro esfuerzo, pequeño o grande con la guitarra clásica, en nuestra medida, no esté siendo reconocido ni valorado por nadie. Intenta recordar este ejemplo para asegurarte de que al menos tú mismo te des ánimos con tus logros con la música y con la guitarra clásica, cada vez que consigas un pequeño o gran avance. Valorate porque solo tu sabes dónde estas ahora mismo en el camino y cuánto te falta por llegar a la meta que te has propuesto con la guitarra clásica.
Por eso tú mismo debes estar siempre de tu lado, animándote.
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