Tres consejos de concertistas

A lo largo de los años de mi formación como profesor, guitarrista y compositor para guitarra clásica he asistido a numerosos conciertos de grandes interpretes de la guitarra clásica y también en algunas ocasiones he asistido a sus MasterClass donde he tenido la fortuna de recibir sabios consejos.

Siempre he admirado a la mayoría de estos guitarristas que han demostrado una gran genialidad y dominio del instrumento y sobre todo una gran humildad y amor por la música y por la guitarra clásica.

Podría estar hablando durante mucho tiempo de todo lo que he aprendido y visto en su manera de tocar, de enseñar o de moverse en el escenario, pero en este artículo te hablaré de solo tres detalles que son verdaderamente geniales y que nosotros, sea el que sea el nivel en el que estemos ahora en la practica de la guitarra clásica podemos aplicar. Son estos:

Recupérate del fallo

Los concertistas también se equivocan, sí. En pocas ocasiones, es cierto, pero a veces ocurre. Somos humanos. Yo he visto como grandes guitarristas en el escenario y delante de numeroso público se han tropezado con los dedos sobre el mástil en algunos pasajes y se olvidaban de lo que venía a continuación o incluso como el dedo no pisaba bien y se producía un desagradable chasquido.  Todo esto encima de un escenario y con numerosas personas en la sala de concierto mirándolos.

Pero la diferencia entre nosotros y ellos es que ellos después de este fallo se superaban inmediatamente, empujaban el cuerpo hacia delante en la silla y tocaban con más energía todavía intentado superar ese error. No se venían abajo. Y lo conseguían. Todo ese extra de energía que ponían después del fallo conseguía que el publico olvidáramos el error y nos concentráramos en las melodías que tocaba.

Nosotros podemos aprender de esto. No venirnos abajo por los fallos. Ser fuertes de mente.

Aprender a concentrarte, y a mirar entre el publico solo a los interesados en tu música

No es fácil agradar a todo el mundo. Lo sabemos. Por eso, cuando tocamos e interpretamos con nuestra manera personal de pulsar y de transmitir emociones con la guitarra clásica, esta que es la nuestra, no a todo el mundo va a gustar.

En una sala de conciertos siempre habrá gente que te esté desaprobando porque no le guste cómo lo estás haciendo, gente que te estará juzgando y mirando con caras y gestos de rechazo. También encontraremos gente que estará un poco ausente, indiferente. Y también gente que esté disfrutando contigo y  con tu manera de tocar y te lo transmita con su mirada.

Aprendí con los grandes guitarristas que en concierto ellos se conectan solo con estos últimos, con los interesados y desconectan de los otros. Tocan solo para ellos y entonces la música puede flotar por la sala hasta su publico.

Hacer que una sola nota parezca una sinfonía entera, no importan ni la pieza fácil, ni la guitarra.

Ellos son capaces de tocar una sola nota, una simple nota y hacer que te parezca que has escuchado una progresión maravillosa de veinte acordes. Ellos tienen recursos y trucos, herramientas para darle profundidad a todo lo que tocan con la guitarra. Una simple nota Mi no la tocaran nunca al aire en primera cuerda. La tocarán en la segunda cuerda controlando la pulsación y haciendo después un vibrato extraordinario, casi con todo el cuerpo, que te emocionará.

Así que no importa que la pieza que toques te parezca fácil, o la calidad de la guitarra que tengas, tú como guitarrista debes ser capaz de inventar lo que sea necesario para emocionar al que te está escuchando. Tú misión como interprete es hacer sonar increíble cualquier cosa que sea que estés tocando.

Confío en que estos tres simples ejemplos te ayuden a pensar en cómo estás tocando o en cómo deberías tocar cuando lo hagas en publico.

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